Si no mostraba ya total admiración por la marca Apple, este verano se han merecido que hasta les dedique una entrada en mi blog.
Poco que no sepáis tengo que decir de las maravillas de los iPods.
En mi humilde opinión, es el mejor reproductor de música que existe gracias a características como la ruedecilla esa, el iTunes y sus garantías como gadget a largo plazo...
Sucede que a mi hermana Cristina le regalamos un Shuffle, el de la foto; porque es chiquitito, "barato", y muy intuitivo para una niña que no maneja muy bien estos cacharros.
Buah, tenías que verla exultante con toda su música en el bolsillo, emulando a sus artistas favoritos por toda la casa.
Como se puede ver, todo era felicidad para esta persona, hasta que al sacar la ropa de la lavadora nos dimos cuenta de que en un bolsillo de un pantalón suyo, se había dejado el aparatito.
"¡Qué desgracia!" "¿Qué vamos a hacer ahora?"
Mi madre (en toda su sabiduría como madre que es) dijo que lo más conveniente era dejarlo secar durante unos días y que ninguno se atreviera a tocar ningún botón, lo que podría, al estar mojado, fundir fusibles y no sé qué más...
Bueno, pues a los cuatro días se suponía que estaría suficientemente seco y nos congregamos todos para conocer el resultado:
Dos botones apretados.
High School Musical nunca le había sonado tan bien a mis oídos.
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