Viendo el domingo la ceremonia de entrega de los Premios Goya,
me imaginaba lo difícil que debe ser mantener el tipo al subir a recogerlo.
La mítica de "el estar nominado es suficiente, no espero nada más" no vale cuando se nombran los candidatos y el ganador es desvelado.
En casa nos acordábamos de aquel capítulo de Friends en el que no le daban el premio a Joey y se quejaba y hacía gestos mientras le enfocaban en la pantalla.
Al subir, sonrisa radiante y el quid de la cuestión.
El discurso.
Debe ser difícil pronunciarlo sin ponerse nervioso y no olvidar a nadie importante.
Si no, hacer como los Kings of Leon:
martes, 16 de febrero de 2010
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