El pasado 14 de febrero se celebró la que podría considerarse como la mejor ceremonia de entrega de los Premios Goya de la historia. Más de cuatro millones de espectadores vieron una gala muy diferente a sus anteriores ediciones. Una de las razones de este récord, fue la emisión sin cortes publicitarios, que derivó en una celebración más amena y dinámica; a la que también contribuyó Andreu Buenafuente con una presentación correcta, pero siempre divertida. Otro de los momentos cumbre fue la aparición por sorpresa de Pedro Almodóvar, reconciliado ya con la Academia, gracias en parte a su presidente, Alex de la Iglesia.
El mismo que pronunció un discurso de autorreflexión. Porque en el año 2009 que no terminó hace mucho, el sector del cine aumentó su recaudación (un 9%) y los espectadores (un 2,8%) con respecto al año anterior, unos datos muy esperanzadores y que no eran tan halagüeños desde 2004. “Pensemos que nos han dado una oportunidad. Y hay que aprovecharla” dijo. Porque es verdad que los verdaderos culpables de las buenas noticias son los espectadores, que parece que han recuperado el gusto por ir al cine.
Sin embargo, el público español es exigente, y no cambia así como así su problema para gastarse el dinero en cine que no merece la pena. Y muchísimo menos en tiempos de crisis. Como muy acertadamente comenta Carlos Marañón (director de Cinemanía), el “cine español” ha dejado de ser un género. Ya no se asocia tan fácilmente a películas ambientadas en la Guerra Civil, Almodóvar o comedias juveniles con poca chicha (la del argumento me refiero, que de la otra no se suelen quedar cortos). Largometrajes como Celda 211 o Ágora, que es la película española con mayor presupuesto, han ayudado enormemente a exportar una visión diferente de nuestro cine.
Volviendo al discurso, tampoco está la industria para tirar cohetes. El cine se enfrenta, y se viene enfrentado desde hace bastante tiempo, con un enemigo muy peligroso, que es la piratería en Internet. Es un tema muy delicado y no se debería caer en una simple caza de brujas, ya que el internauta perseguido, el que descarga películas; es el que va al cine o al que hay que convencer para que vaya. Lo dicho, hay que andar con pies de plomo porque hay mucho en juego, por eso hay que tener cuidado con actuaciones como la Ley de Cine en Cataluña o la Ley de Propiedad Intelectual.
El papel de Hollywood.
No se puede olvidar a las películas que llegan desde Estados Unidos, porque no es casualidad que el año 2009 haya sido el año del estreno de Avatar. La última de James Cameron ya se ha convertido en la película más taquillera de la historia, habiendo recaudado hasta la fecha en nuestro país 64,4 millones de euros. También importantísima la recaudación de Up del estudio Pixar, que se mantuvo 4 semanas seguidas líder del box-office en España.
Sin embargo, el público español es exigente, y no cambia así como así su problema para gastarse el dinero en cine que no merece la pena. Y muchísimo menos en tiempos de crisis. Como muy acertadamente comenta Carlos Marañón (director de Cinemanía), el “cine español” ha dejado de ser un género. Ya no se asocia tan fácilmente a películas ambientadas en la Guerra Civil, Almodóvar o comedias juveniles con poca chicha (la del argumento me refiero, que de la otra no se suelen quedar cortos). Largometrajes como Celda 211 o Ágora, que es la película española con mayor presupuesto, han ayudado enormemente a exportar una visión diferente de nuestro cine.
Volviendo al discurso, tampoco está la industria para tirar cohetes. El cine se enfrenta, y se viene enfrentado desde hace bastante tiempo, con un enemigo muy peligroso, que es la piratería en Internet. Es un tema muy delicado y no se debería caer en una simple caza de brujas, ya que el internauta perseguido, el que descarga películas; es el que va al cine o al que hay que convencer para que vaya. Lo dicho, hay que andar con pies de plomo porque hay mucho en juego, por eso hay que tener cuidado con actuaciones como la Ley de Cine en Cataluña o la Ley de Propiedad Intelectual.
El papel de Hollywood.
No se puede olvidar a las películas que llegan desde Estados Unidos, porque no es casualidad que el año 2009 haya sido el año del estreno de Avatar. La última de James Cameron ya se ha convertido en la película más taquillera de la historia, habiendo recaudado hasta la fecha en nuestro país 64,4 millones de euros. También importantísima la recaudación de Up del estudio Pixar, que se mantuvo 4 semanas seguidas líder del box-office en España.
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